Follando con una putilla japonesa con el coño muy peludo

Estaba cachondo y tenía muchas ganas de echar un polvo, así que llamé a una putilla. Ese día me apetecía escuchar gemir a una asiática, ya sabéis que las asiáticas gimen de una manera muy peculiar, no sabes si les está gustando o si les hace daño, el caso es que dan mucho morbo los gemidos de una asiática. Me vino a casa una japonesa que estaba cañón y tenía un coño peludo la mar de rico. Primero nos dimos la duchita de rigor para estar limpio y después le metí un polvo que le deje el coño tirit